lunes, 31 de diciembre de 2012

Verdad-Consecuencia

Hoy pasó algo curioso. A la mañana, antes de abrir el local, mientras barría la vereda, apareció una chica de unos veintitantos. Toda la conversación fue con buena onda y la secuencia fue algo así:

Ella: (haciendo de cuenta que la pala era una especie de moto, creo...) -Brubrubrubrum... Brubrubrubrubrum... Nop, parece que no hay caso. No anda amigo...
Yo: (algo desconcertado) -Je... Ta bien, no pasa nada, me manejo.
Ella: -¿Te manejás?
Yo: -Sisi, tengo la bici.
Ella: -La bici... ¿Hacés ejercicio?
Yo: Juego a la pelota con amigos...

Yo seguí barriendo pensando que la cosa había terminado, pero ella se quedo parada a un metro mirando como limpiaba la vereda.

Ella: -¿Tenés que barrer de derecha a izquierda?
Yo: -No, tengo que barrer la parte blanca nomás. Voy de derecha a izquierda porque me resulta más cómodo así.

Un breve silencio.

Yo: -¿Sos de acá de Mar del Plata?
Ella: -No, soy de bariloche.
Yo: -Ahh, ¿estás de vacaciones?
Ella: -Con una amiga hace un tiempo fuimos para el norte y estamos viajando. Ahora vinimos acá para el verano.
Yo: -¡Qué lindo! Siempre tuve ganas de irme de mochilero o algo así...
Ella: -¿Sabés? Yo antes de empezar a viajar hacía lo mismo que vos.
Yo: -¿Trabajar? Sí... Igual no sólo trabajo. Estudio y hago algunas cosas más, por eso no me voy...

Nuevamente, un breve pero no incómodo silencio.

Ella: (mirándome de forma curiosa) -¿Sos feliz?
Yo: (volteando para mirarla a los ojos y sin dudarlo, con una sonrisa sincera) -Sí... Sisi, soy feliz.

Unos pocos segundos.

Ella: (sonriendo) -Bueno, gracias, que tengas un buen día y un buen año.
Yo: (también sonriendo) -¡Muchas gracias! Dale, vos también.

Verdad-Consecuencia... Ese curioso juego (¿juego?) se me vino hace unos días a la cabeza en un viaje de colectivo, de esos inspiradores. Dejando de lado el resto de los elementos (salvavidas, semáforo, etc.), me llamó la atención la dicotomía. Decíamos verdad o consecuencia, una u otra, cuando hoy por hoy creo que están íntimamente relacionados. Lo que quiero decir es que cualquier verdad cierta tiene directamente implicada una consecuencia. '¿Verdad cierta? ¿Eso no es una redundancia?', quizás puedas pensar. Sin embargo, no es lo mismo una verdad parcial, que a pesar de conocerla, cuesta creerla, que una que se experimenta y, luego, resulta absoluta, plena, completa, cierta...

Así es como se llega a este concepto de la Verdad Y Consecuencia. El experimentar dicha verdad acarrea un cambio radical en uno mismo, que puede desembocar en algo tan simple como modificar un hábito para simplificar una tarea, hasta cambiar la mirada sobre alguna cosa o, incluso, sobre alguna persona. Algunos hablan de 'Acontecimiento'. Como sea, el valor que descubro en este concepto me resulta fascinante.

Como cualquier persona, soy algo curioso, por lo que mi mente no se detiene con tanta facilidad al fascinarse. Es así que me hallé surcando nuevos planteos. Supongo que no está de más decir que la consecuencia puede no siempre ser positiva. A lo mejor, una verdad parcial también puede generar una consecuencia negativa determinante, o bien, un error. He aquí que un razonamiento, quizás tomado algo a la ligera, me sacudió:

Dado que todos nos equivocamos, puede resultar difícil juzgar un hecho calificado de error sin conocer el motivo o la verdad (que puede ser parcial o plena, según la persona y las circunstancias), que conduce a dicha consecuencia. Así, el análisis de un hecho se opaca ante el muchísimo más rico y complejo análisis del motivo del hecho. Para seguir, en lo posible, mi ensalada rusa de ideas, hay que comprender que un hecho puede ser tanto un acto u obra, como una omisión.

Lo sé, es algo impresionante cómo puede maquinar la cabeza cuando uno se lo propone y todo lo que dice una ventanilla de colectivo. Creo que la tormenta ayudó un poco... En fin, otro trayecto me hizo pensar en motivos genéricos, si se quiere, que nos llevan a equivocarnos, y posibles cualidades que me parece (total y completamente de forma subjetiva) pueden relacionarse con ellos.

Los celos son el motivo más irracional. El dolor y la tristeza, los más comprensibles. El odio, el más lamentable. El enamoramiento, el más sufrido. El orgullo, el más avergonzante. La ignorancia, el más justificado. La soberbia, el más común. La desconfianza, el más solitario. Las dudas y los condicionales, creo, son mis predilectos...

Cinco minutos después de terminada la conversación con esa curiosa chica de Bariloche, me tenté a cuestionarme por qué no le había preguntado su nombre. Casi inmediatamente caí en cuenta que no hacía falta. Hace algún tiempo tenía que pensar dos veces antes de poder afirmar mi felicidad, e incluso me costaba un poco convencerme de ello. Hoy, lo dije en voz alta como una Verdad cierta que repercutió en predisponerme para tener un gran día.

La vida siempre puede sorprender y, más allá de los motivos que puedan condicionarnos, no estamos determinados por ellos. Hasta el último instante podemos ejercer nuestra libertad y optar por una consecuencia positiva que nos propone la Verdad plena, hecha carne y experiencia en lo más profundo de nuestro interior.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Pista III

Otro día más, caminando hacia la parada de colectivo, él iba sumido en pensamientos quizás algo melancólicos. Sin comprenderlo del todo, nuevamente le había atacado la nostalgia y no podía dejar de pensar en ella. A lo mejor era que se acercaban fechas en las que se habían dado algunas situaciones o conversaciones bastante particulares, a pesar de que él realmente no recordaba esas fechas, ni tenía una gran noción sobre por qué, si venía manejando sus emociones relativamente bien, volvía a perderse en aquellos recuerdos. Simplemente no podía sacarse de la cabeza la idea de que, habiéndola tenido en sus brazos y diciéndole esas palabras tan hermosas, la había perdido... El sol brillaba con mucha intensidad y, a pesar de eso, el sentía una lluvia torrencial dentro suyo. Lluvia... Llegando a la avenida lo dominaba por completo el recuerdo de aquel abrazo bajo la lluvia.

De repente unos bocinazos lo llevaron de vuelta a la realidad. Enfrente suyo, en la mitad de la calle, una nena de unos 5 o 6 años estaba paralizada viendo cómo aquella camioneta se acercaba y, por algún motivo, no parecía frenar. Desde la vereda, la madre aún no terminaba de voltear, con otro pequeño en brazos. Todo sucedió en cuestión de segundos. Él no llegó a pensarlo dos veces, simplemente reaccionó. Soltó la mochila, corrió lo más rápido posible hacia la nena y la levantó tomándola de los brazos. ''Listo, sólo un poco más'', pensó instantáneamente sintiéndose fuera de sí mismo. Sin embargo, al girar la cabeza, se dio cuenta que no iba a llegar. Nuevamente sin pensarlo, tomó un pequeño impulso con los brazos y, sin dejar de correr, arrojó con todas sus fuerzas a la nena, que cayó en el pasto. Luego todo se puso negro...

De alguna forma la noticia le llegó a ella al día siguiente. Armándose de valor terminó decidiendo pasar a verlo por la clínica, aunque estuviera inconsciente. Cuando llegó, la madre de él la saludó afectuosamente y le indicó cual era la habitación en la que se encontraba. Lo peor ya había pasado y ahora estaba estable. Afortunadamente, el choque, aunque brutal, no le había provocado ningún daño cerebral. Al entrar en la habitación notó que lo acompañaba su mejor amigo quien, al verla llegar, simplemente se paró, la miró y le regaló una sonrisa. ''Acaba de dormirse'', dijo, mientras procedía a dejarla sola en el cuarto.

Al mirarlo acostado en la camilla, con la pierna enyesada y todo el torso vendado, sintió que el estómago se le revolvía, pero estaba determinada a no llorar. Le había llevado un buen tiempo poder lograr la distancia que ahora tenían y luchaba por convencerse de que lo que había sentido alguna vez por él ya no estaba. Simplemente se sentó a su lado y lo miró, en silencio. Sentía una extraña necesidad de hablarle, pero no entendía bien por qué, ni sabía qué decirle. Pensó en decirle ''Sos un idiota, a vos se te ocurren estas cosas nomás'', pero veía un rostro lleno de paz que le impedía formular aquellas palabras. Sufrió ese dilema unos 20 minutos hasta que, súbitamente, al bajar tan solo un poco la mirada, se encontró a sí misma tomándole la mano. Se quedó boquiabierta unos segundos sin saber cómo había pasado eso.

Un mensaje de texto la arrebató de esa terrible idea. Era su novio, preguntándole si iba ir a cenar y qué película quería ver esa noche. Sin responder el mensaje, apeló por marcharse cuanto antes. Sin embargo, a veces podía ser algo torpe y, cuando se puso de pie, le dio un rodillazo a la camilla. Él abrió los ojos de golpe y la miró fijo, con asombro. Ella, por su parte, quería pedirle disculpas, pero las palabras simplemente no salían de su boca. Esa mirada era como una de tantas otras que habían compartido en algún momento y, al mismo tiempo, algo diferente. Se examinaron las puertas del alma mutuamente por unos 3 minutos, siempre en silencio. Finalmente ella se dirigió bruscamente hacia la puerta.


''No...'', dijo él mientras se le cortaba la voz. Sin voltear, ella se detuvo con un nudo en la garganta. ''No elegimos de quien enamorarnos'', terminó él con un brillo indescriptible en los ojos. Ella respiró hondo y, dejando caer lágrimas por el camino, cruzó la puerta.

Perderse

Siempre que el día me lo permite, voy a la facultad en bicicleta. Un día, hace un mes y algo, cuando estaba volviendo, me sorprendió cruzar la mirada con un nene de quizás 9 o 10 años que, al verme andando, empezó a correr a mi lado por algo más de media cuadra. Los dos sabíamos que no iba a poder seguir el ritmo y, sin embargo, el corría con una sonrisa en la cara. Por supuesto, yo no pude evitar sonreír.
  
Este martes pasado el día parecía estar lindo para andar en bici. Cuando salí de casa me encontré con un increíble viento en contra en ambas direcciones de mi recorrido. Con el cansancio que suelo tener, sobre todo teniendo en cuenta que en el partido de la noche del lunes me había comido un golpe y me dolía la pierna, podría haberme puesto de mal humor. En cambio, me hallé a mi mismo disfrutando el desafío y recordando cuanto me gusta andar en bicicleta, cosa que a veces, por la rutina, olvido. Ese viento en contra era muy fuerte y realmente desalentador, sumado al hecho de que era probable que terminara llegando una vez ya comenzada la clase, pero seguí pedaleando y, a diferencia de lo que creía, llegué a buen tiempo.

El lunes de la semana pasada rendí un examen. También tuve que entregar 4 láminas de dibujo técnico. Ese fin de semana, es decir, desde el viernes a la tarde hasta el domingo a la noche, me había ido a un encuentro de jóvenes en Villa Gesell. Debo reconocer que no le estoy dedicando a la facultad el tiempo ni el esfuerzo que debería y/o me gustaría. Esa semana no había estado de lo mejor. Digamos que estaba con un bajón interesante, que me quitaba las ya pocas ganas que tenía de estudiar. Sabiendo que tenía que ponerme las pilas sí o sí, no lo hice. Terminé pasando la tarde y toda la noche del jueves, además de todo el viernes (antes de salir para Gesell) sin dormir, entre dibujar las láminas y empezar a estudiar la materia que rendía.
El viernes a la noche nos acostamos alrededor de la 1 y pico o 2 de la mañana para levantarnos el sábado a eso de las 7 y tener un día muy largo, que terminó a la 1 y pico o 2 del domingo, para levantarnos nuevamente alrededor de las 7 y algo y tener otro día largo hasta el regreso a Mar del Plata. Llegamos a las 20. Fui a casa, me bañé, comí algo y, con el cansancio del encuentro, terminé las láminas y seguí estudiando para el parcial. Alrededor de las 3 y media, nada de lo que leía tenía sentido. Pensé en acostarme 2 horas y levantarme a seguir estudiando antes de ir a rendir, pero la parte de levantarme se complicó y terminé por hacerlo a las 7, llegando solo a repasar un poco más.
De alguna forma, algo me ayudó a no quedarme dormido durante el examen y, contra toda probabilidad, más allá de que me podría haber ido mejor, aprobé.


Hay muchas situaciones que pueden llevar a uno a sentirse 'raro'. A veces son confusiones; a veces, decisiones que tomar; pueden ser actitudes de otras personas que nos descolocan; a lo mejor, son actitudes propias. En esto último me quiero detener hoy.

Sin duda alguna es difícil evitar que factores externos influyan en nuestro estado anímico. En lo personal, me afecta muchísimo el no estar bien con alguien importante para mi. En un par de semanas 2 personas me dijeron algo que me movió totalmente el piso y no para bien. Me explicaron, aunque sin mucho detalle, que les molestaban ciertas actitudes de mi, actitudes que llevo años intentando modificar y, en cierta medida, creía superadas. Además, una de ellas me dijo que cree imposible que se cumpla una pequeña esperanza que aún conservaba y deseaba pudiera darse en el futuro. Me hizo sentirme estancado y preguntarme qué sigo haciendo tan mal que no me deja crecer como persona. Me olvidé que todo lleva su tiempo...



Algo similar he podido observar en amigos y conocidos. Hay cosas que nos llevan a perder de vista objetivos o anhelos y también perder, de alguna forma, a ciertas personas. ¿Cómo ocurre esto? Pues, a lo mejor por acostumbrarnos a una actividad que compartimos con alguien, llegamos e olvidarnos por momentos lo que nos motivó a realizar aquello y el lazo que genera o fortifica, dejamos de apreciar con todo su valor a la persona detrás del hábito.

Me llama mucho la atención cómo a veces nuestra mente puede jugar con nosotros. Existen situaciones en las que intentamos con tanto ahínco olvidarnos de algo o de alguien, que terminamos por convencernos de que no lo queremos y olvidamos el bien que ese afecto realmente genera en nosotros. O, al revés, tratamos con tanto esfuerzo mantener algo que a lo mejor ya no nos permite crecer, que acabamos por convencernos de que lo necesitamos o somos necesarios, cuando realmente no es así y debemos dar un paso adelante.
Con todo esto en la cabeza desde hace ya algún tiempo, no podía definir la idea que me lleva a escribir, por más que lo deseaba. Es así que me sorprendió hallarme en el desgano, en una situación que se aleja bastante de lo que busco vivir. Esto es, tratar de ponerle onda a la vida, día a día. ¿Cómo iba a poder manifestar lo que sentía, si me había perdido yo mismo?

De alguna forma el mundo me volvió a hablar o, mejor dicho, pude volver a escucharlo. Por ello me fascinaron las tres situaciones que describí al principio. Me hicieron re-descubrir que, aunque las cosas sean difíciles, hay que seguir andando, intentando, esforzándose, creyendo, manteniendo las esperanzas y los sueños.

Al estar desorientados, no siempre ayuda frenar e intentar reconocer lo que nos es desconocido. Quizás, unas cuadras más adelante, podamos ubicar algo que sea más familiar. Alguna que otra vez, esas cuadras pueden ser simplemente mirar a alguien más allá de sus ojos. Alguna que otra vez, mirar a alguien más puede ser mirarse a los ojos en un reflejo y reencontrarse.

En el mismo desgano que tenía y entre alguna que otra lágrima, se fueron presentando conversaciones o simples gestos de personas que me ayudaron a reencontrarme... De sus manos, me empezó a hacer eco un mensaje hermoso:

''Lo imposible solo cuesta un poco más''

martes, 16 de octubre de 2012

Subterráneo. Por Antonella Callejón Di Lena


Mis abuelos comentan que antes el mundo era maravilloso. Me contaban sus anécdotas de la infancia, solían ir al parque a jugar en las hamacas, en la calesita, andar en bicicleta, llenaban las piletas de agua y se pasaban toda la tarde hasta que atardecía. Hasta el aire que respiraban cada día era puro.
Ellos decían que existía algo que cubría la Tierra, como una especie de capa, llamada cielo, era de color azul e infinito, repleto de nubes que, según mis abuelos, parecían de algodón y, si utilizabas un poco la imaginación, podías encontrarles formas. En verdad, yo nunca conocí “ese cielo” del que ellos hablan, sólo he oído rumores acerca de que cuando alguien muere conoce ese lugar.
Ya han pasado varios años desde que vivo acá, en un lugar oscuro y frío, con mis papás, hermanos y abuelos, sin ver la luz del sol. Vivimos bajo tierra, debido a la catástrofe que sufrió el mundo antes que yo naciera, dejando a millones de personas muertas y otras, las sobrevivientes, obligadas a vivir bajo tierra, porque era imposible la vida en el exterior. No conozco a nadie que haya querido ir allá, a nadie que se atreva a estar en lo desconocido, no se sabe absolutamente nada de lo que transcurre en la superficie.
El agua, una de las fuentes de energía más importantes para la vida, según mis abuelos -pero sin saberlo realmente- pensaban que era inagotable, hasta que las consecuencias comenzaron a sumarse a lo largo del tiempo.
Cuando ellos eran jóvenes, se desató una guerra por el agua a nivel mundial, durante esa etapa, murieron miles de millones de personas a causa de su privatización y su escasez. Los países con mayor poder, controlaban este negocio sucio. La falta de agua generó un gran desorden social, ocasionando muertes en demasía por deshidratación. Muchas enfermedades reaparecieron y otras nuevas se formaron. La atmosfera se hacía irrespirable a causa de los gases tóxicos presentes en ellas. Los campos ya eran desiertos casi, los vientos, secos. Se desencadenó una migración de pestes que devastó lo poco que quedaba por cosechar.
La escasez de agua generó que amigos, vecinos, familias se mataran entre ellos para poder conseguirla.  Ninguna organización política ni gobierno hacían nada para parar todo esto que sucedía. Se creyó que era el fin de la humanidad, solo unos pocos podían sobrevivir ante estas catástrofes y no había variedad de opciones para sobrevivir. La adaptación era la única salida.
Mis abuelos y la gente de su generación me cuenta sobre sus historias de esa etapa, sin embargo yo me pregunto: “si algo es tan preciado, codiciado e indispensable para la vida, ¿Por qué se malgasta, se derrocha, se privatiza su consumo?”. Puede ser que haya miles de preguntas parecidas y respuestas que lo aludan pero ninguna, creo yo, que se haya preguntado antes ni que se haya tenido en cuenta… ¿por qué no se pensó antes?, ¿acaso no se tenía en cuenta lo que padecerían las generaciones futuras si se derrochara como se derrochó?. Lo que no importaba en el pasado repercute en el presente, haciendo que miles de chicos de mi edad no sobrevivan y posiblemente la raza humana se extinga. Las esperanzas de vida son muy bajas, un período de vida de aproximadamente entre 30 y 40 años. ¿Qué expectativas podemos llegar a tener?. Lo que no se tuvo en cuenta, lo sufro yo y muchas personas más, que quieren vivir, no importa cómo sea, luchando contra enfermedades incurables, padeciendo día dia el no tener qué comer, o viendo a alguien morir lentamente.
Ahora solo nos alimentamos de comida deshidratada, y nos higienizamos con toallitas húmedas. Las mujeres y los hombres tienen el mismo corte, nos rapan, para poder higienizarnos mejor.
Mi aspecto parece de un adulto de cincuenta, aunque en realidad tengo diecisiete. Mi piel sufre la falta de vitaminas y colágeno, lo que provoca las arrugas, la piel pierde elasticidad y nos da una apariencia de ancianos jóvenes. A mis diecisiete sufro de problemas renales, y posiblemente cáncer de piel. Mi historia sonará triste, pero real. Espero poder seguir contándola…

El caso de Enrique Riguera. Por Nadia Acevedo y Agustina Armanelli

Patrullas, sirenas, la policía cientifíca. Todos están aquí por culpa del asesinato del Doctor Enrique Riguera. Se encontró que estaba ahorcado con una media blanca. ¿De quién podría ser? Una persona vestida de negro, con aspecto de ladrón, entró en la casa buscando esa media. Pero era demasiado tarde... la media ni el cuerpo estaban allí. Sospechaban de la inocente María, la mujer de Enrique, pero... ¿Pudo una mujer con el corazón roto ser capaz de asesinar al hombre que amaba? Si lo creen tengan ojo, el detective Ernesto Alonso, no.
También, sospechaban de su cuñado Rubén, porque se encontraba muy enojado por el tema de la amante; su vecino José, por la fuerte discusión que tuvieron esa mañana y su hermano Leandro, por envidia. Pero ¿quién lo hizó? Será por sus razones que Rubén se encontraba algo satisfecho por lo ocurrido o pudo ser su vecino que fingía preocupación. Quizás su hermano, ya que todas las prubas apuntaban a él.
El detective Alonso no iba a parar hasta descubrir quién fue el autor del asesinato. Pidió una autopsia del cuerpo y descubrieron que había un pelo que no le pertenecía al Doctor ni a los sospechosos. ¿De quién podría ser? Realizaron estudios y descubrieron que le pertenecía a Julio Santillán, su mejor amigo. Él tardó en admitirlo pero contó que fue él. ¿Cuáles eran sus razones? Debido a un ajuste de cuentas.
¿Qué pasó con Julio Santillan? Lo condenaron a perpetua por homicidio ¿Y con el detective? Continúa resolviendo casos.

Un día muy especial para Cindy. Por Julián Fontana

Era un día muy especial para Cindy: se preparaba para el casamiento de su hermana Yamila y de su Cuñado Alexander. Se estaba preparando Yamila, cuando Cindy vio que tenía unas joyas muy lindas y valiosas que ella quería para sí.
Llegó la noche, las mujeres llegaban con vestidos muy valiosos y los hombres con trajes de un alto valor económico. Mientras, esperaban a los novios, todo iba bien, hasta que llegó la hora de cortar el pastel y entonces hubo un apagón de unos cinco minutos, que valieron para que pudieran matar a Camila y robaran sus joyas. Llegó la policía y tomaron como sospechoso a su hermana Cindy, su prima Ester y su otra hermana Micaela.
Después de la noche trágica designaron como ayudante del detective a su madre Isabel.
La principal sospechosa era su hermana Micaela, según su madre, por el hecho que era muy envidiosa.
Llego una carta del dueño del salón de fiestas que decía que él sabía quien había matado a la novia, pero quería una gran recompensa. Se encontraron en un café, le pagó la recompensa y este le dijo quién había matado a Camila, había sido… su prima Ester.
Finalmente, confesó que la había matado por el hecho de que se quería poner de novia con Alexander y matarlo para después quedarse con su herencia.

lunes, 8 de octubre de 2012

La transformación de las pirañas y los humanos. Por Florencia Francesh

Científicos rusos experimentaron con pirañas para tratar de conseguir una cura para la diabetes, inyectándole un ácido a estos peces. El experimento salió exitoso, así  los científicos decidieron vender la cura para aquellas personas que sufren esta enfermedad.
Miles de personas se inyectaron este producto, en países como Japón, China y la India.
Unos meses después, los científicos notaron extraños cambios en las pirañas: estos peces disminuyeron su tamaño, pasaron de medir 25 y 60 centímetros de largo a medir 20 y 40 centímetros,  le salieron puntos rojos en la piel y subieron de peso.
Así, esto se dio también en los humanos. Primero en cuidades de India, donde fueron afectadas mayormente las mujeres, después en China y por ultimo en Japón.
Los científicos quedaron asombrados, ya que no usaron mucho ácido. Si bien la cura funcionó, dejo terribles efectos secundarios. '"La gente quedó aterrada y no  puede ni caminar, esto es una verdadera epidemia. Esto es una locura, no es real, todavía no lo puedo creer", dijo uno de los científicos que experimentó con este ácido.
En Rusia, la gente está asustada y no entiende nada, aunque ellos no son los afectados, también se preocuparon por las otras ciudades. Ahora, lo que queda es que los científicos investiguen una nueva cura para esta tragedia ya que puede ser contagiosa.

viernes, 5 de octubre de 2012

El misterioso caso de la novia. Por Daiana Luchetti

Un 24 de septiembre, durante el casamiento de la sobrina de Ester, se produjo un problema: se apagaron las luces por un error de los empleados. En ese corte de luz, hubo un robo, ya que había desaparecido el anillo de la novia, la sobrina de Ester.
El detective Jakson comenzó a investigar a todas las personas que habían participado del casamiento y sobre lo que había sucedido. Se sospechaba de la señorita Rubibarbó y su hermano, el Doctor Commosi, pero él siguió buscando pistas para poder llegar hacia el ladrón. El principal dato que tenía era que el anillo estaba sobre una de las mesas del salón. 
Investigando, encontraron un cabello rubio enrredado sobre las flores de la mesa, que se sospechaba que fuera de Ester, la tía, pero había personas que no habían sido investigadas. 
Analizando el cabello, tras un ADN, descubrió algo increíble: la persona que había robado el anillo había sido la novia, ya que no quería a su futuro marido y necesitaba dinero, por lo que decidió finjir el robo.
Todos quedaron muy sorprendidos con lo sucedido, especialmente su tía Ester.
 Después de todo, no se casaron, ella no lo volvió a ver jamás y se fue a vivir con su tía Ester.

El misterio del collar de Marta. Por Matías Ferrari

El 25 de septiembre a la noche, en los quince de Micaela, iba todo muy bien hasta que llegó la hora de que ella entrara al salón. Cuando se prendieron las luces para entrar, se produjo un apagón de luz. Su abuela Marta había llevado un regalo, que era un collar de oro. Por suerte, el dueño del salón pudo arreglar la electricidad en diez minutos, así que cuando entró Micaela todos la saludaron, se emocionaron y todo eso, pero cuando iba a darle el regalo, la abuela se dio cuenta que faltaba el collar. Ella no le dijo nada por que no quería arruinarle la noche. Al otro día, la abuela le contó. Hicieron una reunión para ver si alguien lo había visto. Nadie dijo nada, pero sospechaban de los familiares.
Contrataron a un detective: Mr. Matías. L, que empezó a investigar por los primos, hermanos y tíos.
Investigaron a Manuel su primo; Gastón, su otro primo; a Julián, su hermano; a Martina, su hermana de corazón y así a toda la familia. Este detective se dio cuenta que Manuel y Gastón se notaban nerviosos, por lo que el detective los investigó más profundamente.
Al tiempo, Gastón no aguantó más de mentir y dijo toda la verdad: que cuando se apagaron las luces, Manuel aprovechó y sacó el collar de oro. Pero Manuel, a esa altura, ya lo había empeñado en la joyería de Luro y San Juan.
Los padres de Manuel se enojaron y lo hicieron trabajar hasta que juntó suficiente dinero y compró el collar. Luego lo llevó y se lo devolvió a su abuela. Ella se puso contenta pero no mucho, por que seguía enojada. Sin embargo, los padres de Manuel lo perdonaron por que son los padres y lo quieren mucho.

lunes, 20 de agosto de 2012

Palabras

Iba un hombre caminando su trayecto de todos los días, pero había algo diferente. Quizás una buena noche de sueño, un reconfortante desayuno o algo en el beso de ''buena suerte'' de su mujer había transformado, por esta vez, su mirada sobre el mundo. A medida que avanzaba se iba sorprendiendo al toparse con carteles que nunca había podido reconocer del todo. Nombres de calles, publicidades, algunas señales de tránsito y alguna calcomanía pegada en el parabrisas de uno que otro auto. Descubrió, para su propia sorpresa, que las palabras no son solamente un conjunto de letras, sino que encierran una historia y un misterio más grande del que muchos aprecian...

Las palabras tienen vida. Hay palabras complicadas, simples, bellas, feas, poco usadas, comunes, suaves, fuertes, dulces, amargas, alegres, tristes, largas, cortas, impronunciables. Hay palabras que se esconden y palabras que mueren, algunas que se parecen y otras que nacen de forma curiosa. Las palabras tienen vida y, sin embargo, a veces lo olvidamos.

De tan acostumbrados que estamos a usarlas para comunicar lo que queremos expresar, podemos perder de vista el verdadero significado que tienen, o el mensaje que recibe quien las escucha. Para algunos, las palabras que se escogen son muy importantes. Y es que no es lo mismo pedir perdón que pedir disculpas; no es lo mismo sentir culpa que arrepentimiento; no es lo mismo olvidar que pasar por alto; no es lo mismo ''¿cómo estás?'' que ''¿qué hacés?''; no es lo mismo reír que sonreír; no es lo mismo llorar que lagrimear; no es lo mismo tener ganas que soñar; y sobre todo, no es lo mismo un ''te quiero'' que un ''te amo''. Es decir, quizás en otro idioma se pueda usar la misma palabra pero, al igual que las personas, cada palabra tiene una razón de ser y por tanto se las debe respetar.

Para empezar, es necesario buscar conocerlas, aprenderlas, saber cómo se pronuncian y como se escriben. De la misma forma que una amistad requiere un cierto tiempo de maduración y algunas experiencias en común para que la relación crezca y se genere un vínculo de confianza entre quienes la componen, uno no puede pretender usar palabras cuyo significado y/o naturaleza desconoce. Asimismo, como no es recomendable encerrar a una oveja y un lobo juntos en un cuarto, si se quiere sacar fruto de ambos, hay palabras que no corresponde usar en una misma oración. Muchos no se percatan de esto hasta que es muy tarde y terminan contradiciéndose a sí mismos o cayendo en desagradables e innecesarias redundancias.

Por otro lado, son también, como nosotros, seres sociales. Más allá de la riqueza que puede tener cada palabra por su cuenta, aumentan ese exquisito sabor cuando se combinan con otras para formar oraciones. Son pocos (y yo estoy muy lejos de incluirme entre ellos) los que logran armar oraciones PERFECTAS que resultan verdaderamente bellas, con todo lo que implica la palabra.

Lo mismo nos sucede a nosotros. De hecho, pasamos nuestros días buscando armar una frase que pueda expresar el sentido de nuestras vidas en plenitud. Y, sin embargo, en ocasiones nos quedamos sin palabras...

¿Qué representará el quedarse sin palabras? Yo creo que es tener el corazón y la mente impactados por algo que sobrepasa nuestro entendimiento. En este tipo de situaciones, uno puede llegar a sentirse avergonzado por su ignorancia, si se quiere, pero al contrario, debería regocijarse por descubrirse ante algo nuevo, desconocido, inesperado, que aparece para pasar a formar parte de si.

Las palabras tienen vida y llevan vida a quien se abre a su misterio. Es tan simple como que un ''te quiero'' no es lo mismo que un ''te amo'' y decir ''mi vida es tuya'' es más que unas palabras...

miércoles, 11 de julio de 2012

Carta a un Axolotl. Por Macarena Luna

Extraño ser:
                 A decir verdad, visité por primera vez el acuario en forma de distracción, para ver la fauna  y demás,  pero fue tanto el asombro que vos me causaste, que comencé a visitarte periódicamente, un día tras otro.
                 Así pasaron varios meses y no faltó un día en el que te visitara. De ahora en más podremos conversar en nuestro dialecto, como así también entablar otro tipo de relación más que "Animal - Humano": ahora seremos  iguales pero diferentes.  
                 Sí, así es. A partir de este momento dejo de ser yo mismo para convertirme en un ser tan extraño como lo sos,  para convertirme en un ser que tanto me atrajo por su rareza.

Carta a un Axolotl. Por Antonella Callejón Di Lena


                                                            2 de julio de 2012
                                                                   Mar del Plata.
Estimados ojos de oro. 
Estoy apenado de ya no verte, de no visitarte todos los días en el acuario. Estoy aquí, en otro continente, en otro país, con otra gente que vive y siente de una manera muy diferente a mí… o tal vez yo soy el diferente. Trato de acostumbrarme a su estilo de vida y su lengua, que es algo difícil de comprender. 
Ya han pasado tres años desde mi última visita a esa pequeña caja de cristal donde habitabas, mirándome con tus pequeños ojos de oro penetrantes, que permeabilizaban mi alma, como el agua fluyendo en un río de rocas porosas. Pero todo esto se ha transformado en una obsesión y decidí cesar. Nunca supe la razón o el sentido de ese viaje que experimentaba mi mente en aquel acuario, donde nuestras almas se perdían y se chocaban al mismo tiempo con el vidrio de esa diminuta cárcel. Todo esto que pasé no tiene una explicación lógica, no puedo describirlo con palabras, porque no existen las palabras justas, pero el término que más se acercaría sería “viaje místico”. Miradas infinitamente interconectadas desplazan mi conciencia a otro lugar, a una dimensión diferente, a un espacio sobrenatural y ya no existe lugar físico, solo abismo. Pasé del otro lado del cristal, y podía ver mis ojos atormentados ante la situación, perdidos mirándome inocentemente. Nunca había pasado una situación parecida, nunca nadie había permeabilizado mi alma como en aquel entonces. Desarrollamos un amor (por así llamarlo) a ese proceso de conexiones entre conciencia y sentimientos, como una simbiosis. Aunque lo malo o egoísta era traspasarte mis sucios pensamientos embarrados de resentimientos, dolor, ego a esa mente tan pura y silenciosa que habitas, en la que habitaba yo… 
Pero como dije antes, la situación se fue de las manos, y de un pasatiempo pasó a ser una obsesión de todas las mañanas: mi día no terminaba si no iba al acuario. Por eso me mudé a otro lugar, a un lugar lejos, donde podía relajarme y estar distante de todo eso. No tiene comparación levantarse temprano, y mirar el alba nacer en el horizonte de la playa, conectándome con la energía de la arena y el calor que emite esa estrella gigante, los ruidos de las olas forman parte de una melodía para la relajación ayudándome a despejar mi mente de aquellos momentos en París. He encontrado, entonces, un nuevo viaje, una nueva experiencia… un pasatiempo que genera tanto placer como era nuestra conexión de ese entonces. 
Comencé una nueva vida, reinicié mis metas y cambié mis objetivos de vida. Aunque suelo pensar en aquellos momentos en París, si seguirás viviendo, si tus apariencias antropomórficas han cambiado o te conectas con otras personas, como también te conectabas conmigo, aunque no podré saberlo, estoy lejos, y mi mente está aún más.

martes, 3 de julio de 2012

Querido Axolotl. Por Florencia Francesch

 

Tú sabes que yo soy un escritor que se fue obsesionando con ustedes, con sus cuerpos rosados y translúcidos y sus ojos de oro, pero me he dado cuenta que ustedes no son animales, sino seres con mente de hombre, que tienen razonamiento.
Te has dado cuenta que ya no visito el acuario como antes, seguro notarás mi ausencia. El motivo de mi alejamiento se debe a que yo estoy escribiendo sobre ustedes, sobre cómo ser un axolotl, porque se cómo se siente, cómo es su mundo y su tiempo. 
Bueno, me tengo que despedir, seguro que algún dia volveré a visitarlos, a verlos.
Pero, mientras tanto, seguiré escribiendo sobre los axolotl. 
                                                                  Un abrazo,     
                                                                                     Tu escritor.
                        

lunes, 2 de julio de 2012

Carta a un Axolotl. Por Agustina Melcón

Querido amigo: Creo que para nosotros las palabras sobran, las miradas nos dicen todo y nuestra conexión va mas allá de cualquier vidrio que nos separe, de cualquier visita olvidada, de cualquier abrazo no dado. Tu mirada dorada me refleja eso que no soy, eso que siempre quise y debí ser y no pude ni podré. El motivo por el cual no estoy observándote desde ese siniestro vidrio que nos separa, es que, ya no puedo verte desde allí, nuestra conexión es tan grande que puedo atreverme a decir que estoy mucho más cerca de lo que piensas, mirando con tus ojos, pisando con tus patas, oliendo con tu olfato. Amigo mío, ya no somos dos individuos solitarios, somos solo uno, unidos por algo, por alguien.. por un Axolotl.

"Desencuentro". Por Jazmín Aguirre

El mundo está extinto
mientras vos oís el viento.
Te sientes en un laberinto
y no muestras sentimientos.
En mi corazón yo siento
tu distancia desde lejos.
Necesito un momento
o explotaré por dentro.
Escúchame sin mirarme,
no intentes desarmarme

Carta a un Axolotl. Por Mariano Fedeli

Amigo Axolotl, seguramente notarás que he dejado de visitarte al acuario -y lo lamento-; déjame explicartelo:
Desde la última vez, mi esposa empezó a mostrarme su enojo con las visitas que yo te realizaba, así que un día decidió enfrentarme y expresar lo que sentía con esto. Traté de defenderme, pero ella insistía, argumentando, muy exageradamente, que tú te estabas involucrando en nuestra vida. Yo traté de señalarle que se equivocaba, por lo que la discusión se prolongó durante una hora. Al final decidí rendirme y reconocer que tenía razón.
Fue entonces que tomé esta resolución de concluir mis visitas, en parte debido a la presión de mi mujer, al acuario. Temo que esta carta marca la despedida, así que no hay más alternativa, no hay más motivo para seguir prolongando este adiós. Confío en que algún día nos volveremos a ver.
Adiós, hasta siempre amigo Axolotl. Se despide... tu gran amigo.

Carta a un Axolotl. Por Giuliana Oliva


Querido amigo, querido Axolotl, querido compañero! Perdóname por haber dejado de ir a visitarte al acuario, comprendo que una carta no justificara mi error, pero creo que desde que comenzaron mis visitas hacia tí, algo dentro de mí comenzó a cambiar... Ya no demuestro tanto interés por lo que antes me apasionaba: familia, amigos, amores, sino que me la paso pensando en lo extraordinaria que puede llegar a ser tu especie, en cómo logran ubicarse con su tamaño en un espacio tan reducido, la tranquilidad que transmiten, no solo a mi persona sino también entre ustedes, la fascinación que me produce su forma física, sus aletas, sus colas, su forma de moverse... Sonará extraño, pero en ocasiones  -y con el tiempo fue más frecuente- sentía la extraña sensación de que ya no era yo, sino que era uno más de ustedes... sentía correr el agua por mi cuerpo, mas allá de que estuviera del otro lado del vidrio, sentía esa tranquilidad que solo un verdadero axolotl lograría sentir. Estos transes en un principio fueron extraños, pero con el tiempo comenzaron a agradarme, llegando al punto de querer ser uno de ustedes, sin importar mi vida o las consecuencias que esto produciría. Por este motivo, decidí dejar de ir a visitarte, mis pensamientos están revueltos y no logro identificarme. ¿Soy humano o soy un axolotl atrapado en el cuerpo de un humano? Son dudas que aún no logro responder, y fielmente creo que si los avistamientos hacia tí hubieran continuado, solo lograría confundir más a mi persona, al igual que a mis pensamientos. 

Prometo que apenas estos conflictos internos se aclaren volveré al acuario, volveré a visitarte y a acompañarte como tú lo haces todas las tardes cuando no encuentro con quién debatir mis conflictos... Prometo que todo volverá, pero déjame tiempo para lograr aclarar mis ideas, mis pensamientos, bríndame tiempo para volver a ser yo mismo y así continuar con la buena relación que solíamos tener.

Te lo reitero, esta situación no significa un adiós, tan solo un hasta luego...

Te saluda atte., tu queridísimo amigo!

lunes, 18 de junio de 2012

"Poderoso caballero es Don Dinero": Tres textos medievales y una temática emergente. Por Yadia Parada y María Mircovich


Preguntóle si traía dineros; respondió don Quijote que no traía blanca,
porque él nunca había leído en las historias de los caballeros andantes
que ninguno los hubiese traído.

Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes Saavedra

Es común pensar en toda la Edad Media como un bloque en cuyo universo fuertemente estamental, rígido y anquilosado no se contemplaba la importancia del dinero como motor del ascenso social. Este pensamiento se ve reflejado en el emblemático personaje de Cervantes, cuya percepción acerca del mundo medieval está construida sobre esta noción, la cual se sintetiza en el ideal de un héroe épico totalmente desentendido de las necesidades económicas. Siguiendo esta misma línea, se suele que pensar que, si bien todos los estamentos estaban atravesados por el imperativo teocéntrico, la nobleza se desentendía de las cuestiones materiales principalmente por considerarlas preocupaciones propias del pueblo llano, mientras que este último lo hacía por el fuerte arraigo del mandato cristiano que planteaba la no sujeción a los bienes materiales en pos del bienestar espiritual que alcanzarían en la vida eterna.
En contraposición a esto, creemos productivo considerar la Edad Media como un período complejo que implicó, en determinado momento, una transición hacia lo que será la cosmovisión renacentista. A la vez, es lícito suponer que el pensamiento teocéntrico no fue hegemónico durante los diez siglos que abarca el medioevo, sino que, a partir del siglo XI, nuevos intereses comienzan a ocupar el centro de la escena histórico cultural. Estas inquietudes nacientes se ven representadas en la literatura de la época que, en su afán por adaptarse a un público siempre cambiante, se ve obligada a priorizar ciertos temas. Este hecho tiene relación son el surgimiento de una nueva clase cuya razón de ser fue, justamente, el dinero: la burguesía.
El objetivo del presente trabajo es rastrear, precisamente, cómo se representan en tres textos medievales, El Cantar de Mío Cid, El libro del Buen Amor y La Celestina, el interés de este público emergente por nuevos temas. Para ello, realizaremos un análisis textual a partir del cual daremos cuenta de cómo la temática económica pasará a ocupar un lugar que, paulatinamente, se impondrá como un leit motiv, dando paso, a su vez, a una nueva cosmovisión: la antropocéntrica. 
 
El oro como leit motiv en el Cantar de Mío Cid
 
         En este poema podemos observar que el juglar no se centra, como es esperable, en el carácter honorable de la causa o meta del héroe -la lucha en defensa de la fe, el acrecentamiento de la fama, la fidelidad al vínculo de vasallaje-, si no que, lo que destaca luego de cada victoria, son las ganancias del Cid y sus hombres. Como dice Marc Bloch, “la guerra era también, y quizá principalmente, una fuente de provechos”1. Lo material, entonces, aparece como factor indispensable para el sustento del honor, como se evidencia en el siguiente pasaje:

Todas estas ganançias fizo el Campeador.
Grado ha Dios que del mundo es señor,
Antes fu menguado, agora rico so,
Que he haber y tierra y oro y honor
(v. 2492-2495)
         No es casual que, en la enumeración del verso 2495, el honor sea el término final de la oración precedido por palabras que remiten a las riquezas obtenidas, como si éstas fueran el paso previo para alcanzar el reconocimiento social. En este sentido, son reveladores los pregones que manda echar el Cid, en los versos 1189-1190 del Cantar Segundo, alentando a los habitantes de Navarra y Aragón a adherirse a su empresa bélica a cambio de riquezas:

Quien quiera perder cueta e venir a rritad
Viniesse a Mio Çid que á sabor de cavalgar.”

       Así, la motivación de la lucha vira su curso: ya no será la causa religiosa, sino la promesa de salir de la miseria. Dicho de otro modo, el leit motiv de la acción heroica estaría ensombrecido por la retribución material, ya que, si bien el vínculo de vasallaje implicaba una protección económica por parte del señor, aquí el afán de lucro se presenta no sólo de manera exacerbada sino como un fin en sí mismo. Según Claudio Sanchez Albornoz, quien analiza este mismo fragmento, “podría pensarse que [el juglar] coloca el apetito de medro como uno de los motores esenciales de la trama del Cantar.”2
      En el Cantar Tercero, se corrobora la gloria máxima alcanzada por el Cid en la descripción de sus atuendos, estructurada a partir del recurso de la hipérbole y de una saturación resaltada por la pobreza léxica. Es decir que mientras, por un lado, se reiteran los mismos términos varias veces sin hacer uso de la sinonimia, por el otro, éstos aparecen en demasía.
    En los versos 3085 a 3099, observamos la repetición del lexema oro que, si bien podría justificarse por el carácter oral de este tipo de textos, de algún modo estaría reflejando también la atracción del público por este motivo, cuyo carácter fascinante es captado por el juglar.

Nos detiene por nada el que en buen hora naçió:
calças de buen paño en sus camas metió,
Sobrellas unos çapatos que a grant huebra son.
Vistió camisa de rançal tan blanca commo el sol,
con oro e con plata todas las presas son,
al puño bien están, ca él se lo mandó;
Sobrella un brial primo de çiclatón,
Obrado es con oro, pareçen por o son.
Sobre esto una piel vermeja, las bandas d´ oro son,
Siempre la viste mio Çid el Campeador.
Una cofia sobre los pelos d’ un escarín de pro,
Con oro es obrada, fecha por razón
Que nol contalassen los pelos al buen Çid Campeador.”

En este fragmento se puede apreciar, a su vez, la construcción de un campo semántico referido a lo luminoso -blanca, sol, plata, çiclatón- que viene a reforzar la idea del oro como motivo central. Si nos detenemos en lo formal, resulta interesante resaltar la utilización de la rima asonante en “o”, y su consecuente aliteración, como una forma de enfatizar la sobrecarga semántica desde el plano fónico.
En el fragmento analizado, el Cid ostenta sus bienes y adquisiciones en su propia figura. Los objetos de valor ya no sólo son funcionales a la guerra, sino que también sirven a fines ornamentales. Resulta llamativo el uso de la construcción adjetiva “tan blanca como el sol” que aparece reiterada en unos versos anteriores, así como posteriormente, en el verso 3493. Lo curioso es que, a pesar de la pobreza retórica que caracteriza la mayor parte del poema, en este caso el juglar utiliza la misma hipérbole -construida por un adjetivo reforzado por el adverbio “tan” y por la construcción comparativa, cuyo segundo término de la comparación es “sol”- para describir tanto la vestimenta como la armadura. De este modo, el atuendo adquiere una connotación majestuosa que estaría reflejando el medro, lo cual nos lleva a pensar en un posible germen de la concepción renacentista acerca del dinero como promotor del ascenso social.
      El deslumbramiento del jugar por las riquezas del Cid se refleja, también, en la descripción hiperbólica de las armas, que remite nuevamente al campo semántico de lo lumínico asociado al oro:

Sacaron las espadas Colada y Tizón,
Pusieronlas en mano del rey so señor.
Saca las espadas e relumbra toda la cort,
Las maçanas y los arriazes todos d´ oro son.
Maravillanse dellas los homnes buenos de la cort.”
(v. 3175 a 3178)

       En este fragmento, asistimos a un a mirada casi alucinada por parte del sujeto de la enunciación que tiene su correlato en el deslumbramiento de los “homnes buenos de la cort”. Es importante destacar el uso del presente histórico para actualizar esta imagen en la mente del receptor; es decir, no sólo se narra sino que se intenta acercar al público lo más posible al “espectáculo” de las armas. Es significativo, además, el hecho de que la primera descripción que nos llega de la espada Colada se centra exclusivamente en su valor económico: “hi gañó a Colada que más vale de mil marcos”.
Por otro lado, en el episodio del juicio a los Infantes, uno de los temas en los que el juglar redunda es el de los bienes materiales otorgados a éstos por el Cid, dejando en segundo plano el hecho de la vejación a sus hijas:

Otra rencura he de ifantes de Carrion:
Quando sacaron de Valençia mis fijas amas a dos,
En oro y en plata tres mill marcos de plata les di yo;
Yo faziendo esto, ellos acabaron lo suyo.
Denme mis haberes, quando mios yernos no son.
(v. 3202 a 3206)

     A su vez, no hay que olvidar que el motivo explícito que conduce a los de Carrión a pretender a las hijas del Cid es el económico. Para Sanchez Albornoz, el juglar “presenta la codicia de los tesoros del Cid por los infantes de Carrión como fuerza determinante del nudo dramático de su obra” p.27.
     En conclusión, se puede pensar que en el Cantar el juglar pone énfasis en las riquezas materiales, como consecuencia de la especial atención que presta al gusto emergente del público de esa época de transición. De esta manera, vemos que el leit motiv del oro aparece en los tres cantos. En el Cantar I, existe la preocupación por conseguir dinero, a través del engaño a los judíos, para el sostenimiento de la empresa bélica. A su vez, en el momento de la despedida, una de las preocupaciones centrales del Cid, al menos en las que focaliza el juglar, es la cantidad de dinero que deja éste a su familia, como puede verse en los siguientes versos:

mas por que me vo de tierra, dovo çinquaenta marcos,
si yo algún día visquiero, seervos han doblado.
Non quiero far en el monesterio un dinero de daño;
evades aquí pora doña Ximena dovos çient marcos.
(250 a 253)

       En el Cantar II, se presenta la finalidad lucrativa de la empresa bélica, desde el punto de vista de un juglar deslumbrado por la riqueza desmesurada que logra acumular el Cid y que se ve reflejada, en el Cantar tercero, en su vestimenta y armaduras.
       Por último, creemos que el juglar logra capitalizar, a través de los posibles resquicios en la figura del héroe épico, los pasajes en donde, de alguna manera, aparece una figura heroica que excede la supuesta homogeneidad o coherencia propia de los personajes que formaron el paradigma de la epopeya medieval.

¿Menosprecio de corte, alabanza de aldea?

Si bien en el Cantar del Mío Cid observamos la emergencia de un público cuyos intereses giran en torno a la posibilidad de ascenso social mediante el dinero, todavía no podemos hablar, en rigor, de una masa burguesa, entendida como los que habitaban los burgos. Para mediados del siglo XIV asistimos a un contexto social distinto, cuyos valores, que estaban en germen en el Cantar, se ven consolidados en El libro de Buen Amor. Según Sanchez Albornoz, “Con el Buen amor sopla en Castilla por primera vez el espíritu burgués en lo que tenía de ruptura crítica frente a las ideas, las instituciones, las normas, los valores, las formulas consagradas por la tradición”, (Albornoz, 1956, 30).
En este sentido, es reveladora la extensa tirada de cuadernavías dedicadas a la alabanza del poder del dinero, que sirve como excusa al Arcipreste para hacer una aguda crítica a las instituciones de la época. Entre éstas, las más vapuleadas son la Justicia y la Iglesia, es decir, los cimientos de la nueva sociedad. De este modo, el dinero se convertirá en un foco que irá contaminando estos espacios, incluso desde lo discursivo.
En la cuadernavía 490 observamos la asociación del dinero con lo milagroso:

Mucho fas el dinero, et mucho es de amar,
al torpe fase bueno, et omen de prestar,
fase correr al cojo, et al mudo fabrar,
el que non tiene manos, dineros quiere tomar.

En esta estrofa, puede verse cómo el dinero ocupa el lugar de la figura de Jesús, haciendo caminar al inválido, o dando habla al que no la tiene. A su vez, en la cuadernavía 492, se utilizan verbos relacionados semánticamente con lo mercantil rigiendo objetos directos que aluden a abstracciones propias del discurso religioso, además de otros ideologemas cristianos:

Si tovieres dineros, avrás consolaçión,
plaser e alegría, del papa raçión,
comprarás paraíso, ganarás salvaçión,
do son muchos dineros, es mucha bendiçión.3

A su vez, en la cuadernavía 493, el dinero aparece ocupando el lugar del Papa, ya que se menciona a Roma, lugar de la santidad, en donde todos se inclinan ante el vil metal. Esto nos lleva a la inevitable asociación de esta crítica con la efectuada por los Goliardos, quienes, tal como sucede aquí, denunciaban el vaciamiento de significado religioso -en el caso del Arcipreste, en torno a lo institucional- a la vez que la total corrupción eclesiástica, que se concretiza en un doble discurso:

(503)Yo vi a muchos monges en sus predicaçiones
denostar al dinero et a sus tentaçiones,
en cabo, por dinero, otorgan los perdones,
asuelven el ayuno, ansí fasen oraçiones.

En dos versos siguientes, la hipocresía se cifra en la antítesis que postulan los verbos “denuestan” frente a “guardanlo”.
Al mismo tiempo que carácter corruptivo del dinero, se presenta su poder igualador, del mismo modo que lo haría la muerte:

(494) Fasíe muchos priores, obispos, et abades,
arçobispos, doctores, patriarcas, potestades,
a muchos clérigos nesçios dávales dinidades,
fasíe de verdat mentiras, et de mentiras verdades. 
 
En el mismo fragmento, observamos, nuevamente, la concepción mercantilista asociada a un valor puro como la verdad, que aquí se vuelve intercambiable con su opuesto, la mentira. Según Sanchez Albornoz, en el contexto en el que escribe el Arcipreste “empezaron a caducar muchas ideas y muchos valores antes inconmovibles y al parecer eternos” (Albornoz, 31).
Sumado a esto, en el tercer verso, se presenta la idea del ascenso social a través de dinero. Lo mismo aparece, unos versos antes, en relación con el pueblo llano:

(491) Sea un omne nesçio et rudo labrador,
los dineros le fasen fidalgo e sabidor,
quanto más algo tiene, tanto es más de valor,
el que non ha dineros, non es de sí señor.
No sólo la verdad aparece como un valor de cambio, sino también el saber, que puede ser comprado, por lo que el pobre queda en clara posición de desventaja:

     (495) Fasía muchos clérigos e muchos ordenados,
                       muchos monges e monjas, religiosos sagrados,
                            el dinero los dava por bien examinados,
                          a los pobres desían, que non eran letrados.

Como mencionamos anteriormente, otra de las instituciones criticadas es la Justicia. El dinero se convierte en sujeto ajusticiador cuyo poder emula al de Dios en cuanto a dar vida o matar:
(498) Yo vi fer maravilla do él mucho usava,
muchos meresçían muerte que la vida les dava,
otros eran sin culpa, et luego los matava,
muchas almas perdía, et muchas salvava..

No sólo tiene poder divino sino que también usurpa el poder terrenal. Su estatuto ontológico es llevado al extremo al ubicárselo como sujeto de oraciones copulativas:
El dinero es alcalde et jues mucho loado,
éste es consejero et sotil abogado,
alguaçil et merino bien ardit esforzado:
de todos los ofiçios es muy apoderado.

       En la mayoría de los versos es constante la personificación del dinero cuya carácter animado se aprecia en la semántica de los verbos utilizados que connotan dinamismo como se aprecia en la cuadernavía 497:

El dinero quebranta las cadenas dañosas,
tira çepos e grillos, et cadenas plagosas,
el que non tiene dineros, échanle las posas:
por todo el mundo fase cosas maravillosas.

Es recurrente también el uso de verbos con fuerza semántica, cuya aliteración de grupo consonánticos fuertes (–br; -rr) connotan lo destructivo: “quebranta peñas”, “Derrueca fuerte muro”, “derriba grant torre”.
El lugar antes ocupado por el señor feudal es usurpado por el dinero: “quantos son en el mundo, le besan hoy las manos”. En este verso se plasman los cambios estructurales que se han producido en la sociedad medieval, a causa del advenimiento de la ciudad como centro de la vida. Como dice Jacques Le Goff:

En la ciudad el dinero es el rey. La mentalidad dominante es la mentalidad mercantil, la del beneficio. Si en el ambiente señorial los pecados por excelencia son el orgullo y la soberbia, vicios feudales, aquí lo son la avaricia y la codicia, vicios burgueses.4

En conclusión, podemos ver cómo este texto da cuenta de una etapa de transición en la que nuevos sujetos sociales reclaman nuevos temas que tienen que ver con la vida en los burgos. Como lo refleja la cita anterior, el dinero se ha convertido en el eje fundamental sobre el cual giran nuevas preocupaciones y, por lo tanto, su presencia se hace insoslayable en la ficción literaria. 
 
Por dinero se muda el mundo e su manera

Así como en el libro de buen amor asistimos a una crítica mordaz de instituciones sacralizadas que se corrompen por el dinero, el Arcipreste no deja de mostrar que también un bien espiritual como el amor se vuelve un bien material, es decir, pasible de ser comprado. Este será el fundamental sobre el cual gira el argumento de La Celestina: el amor como negocio. Ubicada en los albores del Renacimiento, esta obra plantea exhaustivamente la idea del Amor como una fuente de ganancias: “O mis enamorados, mis perlas de oro” (233).
Para comenzar creemos necesario aludir al significado etimológico del término negocio, novedoso para la época, que comienza a ser utilizado en la literatura, y del que, Fernando de Rojas, hace un uso casi abusivo. Así, este latinismo formado por la partícula Nec –adverbio de negación: No- y Ocium –ocio, descanso, paz-5 designa la labor que comienza a sistematizarse como fuente de dinero, es decir, lo opuesto al tiempo libre propio de la nobleza feudal. Esto da cuenta del cambio de mentalidad y, por lo tanto, del nuevo modo de organización de la vida social del contexto de producción de esta obra.
De esta manera, en oposición a la concepción aristocrática de las riquezas como un bien hereditario, en cuya acumulación radicaba su beneficio, aparece filtrada en la voz del personaje de Celestina el mandato de la circulación del dinero. Esto aparece estrechamente relacionado con la emergencia de las ciudades como centros del intercambio material: “¿Qué aprovecha lo que se niega aprovechar? Sin duda te digo que es mejor el uso de las riquezas que la posesión de ellas.” (146). Aquí se evidencia claramente una intención adoctrinadora, que estaría incentivando al nuevo público burgués a usar el dinero. Esta idea moderna del fluir del capital se refleja, desde lo discursivo, en el uso de ciertos verbos, asociados al dinero, que semánticamente aluden al movimiento:

¡Bulla moneda y dure el pleito lo que durare! Todo lo puede el dinero; las peñas quebranta, los ríos pasa en seco; no hay lugar tan alto que un asno cargado de oro no le suba.”(157)
Sumado a esto, si consideramos al refrán como proposiciones sentenciosas y breves, que acuñan observaciones recogidas por la experiencia colectiva a lo largo del tiempo, resulta interesante ver cómo en esta obra aparece el uso del refranero concerniente al dinero, es decir, podría suponerse que esta idea de la necesidad de la circulación, ganancia y lucro ya se evidenciaba en el saber popular, o al menos, desde la ficción así se plantea: “A dineros pagados, brazos quebrados” (152); “que nunca metes aguja sin sacar reja” (164); “A nuevo negocio, nuevo consejo se requiere” (186); “Vive conmigo y busca quien te mantenga”(279).
Por otro lado, el motor que mueve el accionar de los criados en esta obra no es otro que el económico, en contraposición al motivo amoroso que guía a Calisto y Melibea: “Esto tengo yo” -dice Celestina- “por oficio y trabajo; vosotros por recreación y deleite”(281). A su vez, explicita Sempronio: “Deseo provecho; querría que este negocio hobiese buen fin, no porque saliese mi amo de pena, mas por salir yo de lacería” (159). La idea del ascenso social a través del dinero lleva a una codicia tal que estos personajes terminan matándose por él, hecho que se anticipa ya en las siguientes palabras de Celestina: “¿Con qué pagarás a la vieja, que hoy a puesto su vida al tablero por tu servicio?”. El afán de lucro supera el valor de la propia vida. No sólo en el castigo a estos personajes codiciosos se muestra la intención moralizante del autor sino también en los momentos en los que Celestina aparenta de manera hipócrita un desinterés por lo económico:

A lo ricos se les va [la bienaventuranza], la gloria y el descanso por otros albañares de acechanzas, que no se parecen, ladrillos por encima con lisonjas. (…) más son los poseídos de las riquezas que no los que las poseen. A muchos trajo la muerte, a todos quita el pacer y a las buenas costumbres ninguna cosa es más contraria.” (169)
En el mundo de La Celestina se sostiene la idea de que las personas se miden con la vara del dinero. Esto puede entenderse como consecuencia de que una nueva escala de valores se ha puesto por encima de la triada axiológica medieval: linaje, honra y fama:

Que los bienes que tienes de dentro con los de fuera resplandecen. Porque sin los bienes de fuera, de los cuales la fortuna es señora, a ninguno acaece en esta vida ser bienaventurado.”(119)

¿Y para qué es la fortuna favorable y próspera sino para servir a la honra, que es el mayor de los mundanos bienes?”(145)

1 Marc Bloch, “La vida noble” en: La Sociedad Feudal. Las clases y el gobierno de los hombres. México: UTEHA, 1958; 16.
2 Sanchez Albornoz, Claudio: “Literatura y sociedad en la Castilla medieval (Cantar del Cid, Berceo, Libro del Buen Amor)”, p. 27.
3 La bastardilla es nuestra.
4 Jaques Le Goff, “Introducción”. El hombre medieval. Alianza Editorial, 28.
5 http://es.scribd.com/doc/8545611/Diccionario-Vox-Latin