jueves, 31 de mayo de 2012

Instrucciones para ponerse una media. Por David Menéndez

-Para comenzar limpiar el pie, el pie derecho luego el izquierdo  pero no frotar la parte de abajo del pie porque este te puede causar gracia o risa, como usted quiera llamar
-Agarrar la media con la mano y no con el pie porque sino no podés, y pasar la media por la mano para darla vuelta
-Usar talco, pero no excesivamente sino te podés ahogar y esto te puede provocar un estornudo no muy agradable
-Meter el pie  derecho y no el izquierdo a la vez, sino no entra el pie en la media, uno a la vez hágalo
-Hacer esto con el otro pie que no tiene la media ya puesta como el pie derecho, aclaro no volver a poner la media sobre el mismo pie que ya tiene la media porque después al ponerte el zapato te puede quedar algo incómodo con las dos medias puestas.
-Bueno por finalizado subir la media hasta arriba, y poner zapatos en cada pie.

martes, 29 de mayo de 2012

La leyenda del Torreón del Monje (versión). Por Rocío Huchaime


En aquellos tiempos Mar del Plata se asentaba como la ciudad más elegida por Buenos Aires, por su belleza arquitectónica y demás. Uno de los lugares más atractivos y misteriosos en el Torreón del Monje. Construido hacia comienzos del siglo XX por el Padre Ernesto Tornero, perteneciente a la Orden de los Calvos, asentada por esos tiempos en la actual Laguna de Padres.  
Allí vivía una tribu de indígenas donde sobresalía la belleza de la india Mariña. Un soldado que custodiaba la Torre costera llamado Alvar Rodriguez se había enamorado de esta bella mujer, pero había un problema, el padre de Mariña el cacique Rucamará se oponía a que estén juntos.
Tanto era el amor de Alvar por ella, que decide secuestrarla y llevarla hacia la torre con él. El padre enfurecido con lo que había pasado decide ir junto a su tribu galopando en sus caballos a rescatar a su hija.
En una pelea por ver quién se quedaba con Mariña el cacique y el soldado luchan durante varias semanas hasta que finalmente Alvar decide asesinarla a ella y arrojarse al mar. El padre, desesperado, decide volver a su aldea con el resto de la tribu.
En las noches de luna llena en la Torre se escuchan el galope de los caballos enfurecidos y se puede observar en lo alto de la Torre el fantasma de Mariña.

Aluxes y sus llamas. Por Martina Moyano (versión)


Se encontraba solo, cerca de la montaña, hasta que escuchó los pasos de una persona, miró... pero nada pasaba.
Se llamaba Aluxes y era un joven carpintero, y un buen negociante: construía sus casas, vivía un tiempo allí y luego las vendía.
Hacía unos cuantos años, había muerto su amada, y nunca supieron la causa de su muerte. Desde ese día Aluxes cambió totalmente. Algunos dicen, que nunca se recuperó de aquel día.
Tiempo después, recibió una visita...
- Señor! Vengo por la casa, ando buscando donde alojarme y me han dicho que usted es un buen negociante para estos casos...
- Lamento desilusionarlo, pero esta casa es muy valiosa para mí y no la voy a vender - respondió Aluxes.
(Mucha gente del pueblo comentaba que no la iba a vender, ya que allí conservaba todos los recuerdos de su amada).
Fue así como cada vez iba agrandando y remodelando su hogar. Él creía mucho en los dioses, cada tarde libre que tenía, oraba por él y por su amada que ya no estaba, le invocaba a los dioses tener una buena vida y que pueda ir cumpliendo todas sus promesas.
Al atardecer, del siguiente día, se le acerca una mujer:
-Yo soy una vecina, vivo a diez metros aproximadamente, y venía a hablar con ustedes y que si tiene alguna necesidad no dude en decirme. No lo conozco mucho, pero lo noto muy solitario y muy triste.
-No necesito nada de nadie, estoy bien así, déjeme solo... - respondió Aluxes.
La vecina lo miró desilusionada y se dirigió al centro del pueblo. Pero luego de unos minutos, Aluxes empezó a orar, por sus actitudes y no encontraba razón alguna de porqué había tratado de esa manera a esa pobre mujer. Al orar, le pedía a su mujer, que no lo dejara solo, que lo ayudara para poder seguir sobreviviendo, que le hiciera llegar una señal de que ella lo escuchaba. Aluxes muy raro, invocada:
''A todos los dioses que me escuchan, mi amada mujer, les suplico, que no me abandonen, que tenga dignidad y trabajo para seguir viviendo, que la felicidad venga hacia mi hogar, y tenga pan y agua para poder sobrevivir...''
Fue así como Aluxes recordaba a su amada mujer todas sus noches.
Tiempo después... al no tener trabajo, no tenía comida para alimentarse, entonces plantaba hierbas y las cosechaba para poder después alimentarse.
El invierno pasaba, y cada vez era más fríos los días, entonces Aluxez, inteligente y audaz, implementó una nueva estrategia para poder sobrevivir a esos días tan fríos. Recolectó ramas, caídas de los árboles, recogió una piedra y empezó a refregar junto con sus manos, hasta que una llama color naranja y rojo empezó a agrandarse cada vez más. Aluxes notó, que eso le serviría para poder sobrevivir unos cuantos días... Así, dentro de su propia casa, construida por él, empezó a hacer fuego, era algo novedoso tanto para él, como para los vecinos, que lo veían iluminado y contento.
Al notar que sus estrategias para vivir funcionaban, comenzó a agrandar cada vez más su hogar y a implementar diversas estrategias, todo lo hacía como se lo había prometido a su mujer, y por su propia satisfacción.
Años después, Aluxes envejeció y enfermó a causa del frío y de su mala alimentación, cada vez era más difícil vivir. Al día siguiente, al atardecer, Aluxes hizo fuego en su propio hogar, triste por la falta de su amada y sólo, murió lentamente...
Luego, una de sus vecinas lo encontró, muerto y sólo y veía como las llamas se apoderaban de su casa y de todo lo que Alexus había construido con gran esfuerzo. El pueblo se sorprendió al ver esas llamas, pero no entendían qué era, hasta que se dieron cuenta, que era el famoso fuego que el propio Alexus implementaba para poder sobrevivir al frío.  A partir de entonces, comenzaron a reconstruir el propio hogar, al que lo llamaron ''El templo del hombre de las llamas''. Se convirtió en un lugar característico del pueblo y de todo turista que se acercaba. Así, muchos prendían en ese mismo lugar una fogata en honor a Aluxes.

El sauce llorón. Por Camila Wirsch (versión)


Allá por el año 1800, en el Chaco paraguayo, en una tribu llamada Endeera (la verdad) vivía una hermosa muchacha de cabellos largos y figura estilizada. En otra tribu denominada La Fuerte, vivía un hombre joven muy hábil en la caza y la pesca, con la cual alimentaba a toda su familia. Era costumbre que antes que nacieran los hijos ya los tenían comprometidos con mujeres y hombres de otras tribus, no pudiendo elegir a quienes amaban.

El hombre llamado Anab se había enamorado fuertemente de Anahí, y cada vez que iba al río hacía lo imposible para poder acercarse a ella, sabiendo que corría peligro su vida si los veían juntos. Pero su amor era tan fuerte, que un día decidieron fugarse para iniciar lo que sería para ellos un amor eterno.
Pasaron los años y su amor permanecía intacto, pero el destino les jugó una mala pasada, cuando él entrando en el río se tropezó con una piedra y la correntada lo arrastró; ella corría por la orilla para poder ayudarlo pero su esfuerzo fue en vano, su amado había desaparecido bajo las aguas. Jamás volvió ella a su hogar, quedando junto al río y derramando lágrimas. Cuentan los más viejos, que un día ella desapareció y en su lugar había un hermoso árbol con sus hojas arrastrando en el río, parecía que ese árbol estaba llorando. Y cada noche cuando se asomaba la luna llena se veían dos figuras abrazadas formando los dos ese árbol.

lunes, 28 de mayo de 2012

Para Variar

Durante las últimas semanas me vienen acechando recuerdos bastante nítidos. Algunos son hermosos; otros, no tanto. Incluso los hermosos, aunque saben sacarme sonrisas, pueden terminar en un fruncir de cejas, porque esta extraña añoranza que me arrebata constantemente va acompañada de una seguridad de que las cosas podrían ser muy diferentes si, en ciertas situaciones, hubiese hecho las cosas de otra manera. No estoy seguro de arrepentirme, porque considero que, dentro de todo, resolví muy bien. El tema es que creo que hice lo que debía, pensando que era lo mejor para todos y ahora me pregunto cada vez más si realmente fue así, o simplemente fue lo mejor para otros y no me tuve en cuenta a mí mismo. Siguen sin gustarme los condicionales, pero debo reconocer que me los estoy planteando bastante.

Así es, debería estar cursando en la facultad. Lo interesante es que no lo estoy. No me faltó la intención. Preparé la mochila, agarré la bici y salí en camino, pero llegando a Luro, sintiendo las gotas de una suave lluvia en la cara, me di cuenta que realmente no tenía las menores ganas de ir. No fue totalmente infundado; me duele la cabeza, estoy cansado y no quiero mojarme para después enfermarme. De cualquier forma, lo que hace de esta situación algo interesante es que estaba en camino y convenciéndome de seguir, pero volví. Me arrepentí, di media vuelta y, bueno, estoy en casa escribiendo un poco.

Es cierto, hace bastante que no escribo y uno esperaría que lo próximo fuese un poquito más que simplemente interesante. Es lo que hay. Y sin embargo, al menos por hoy, me alcanza. El tema es el siguiente. Toda mi vida vengo intentando hacer siempre lo que debo, incluso cuando no quiero. Cuando se presentan las faltas de ganas me convenzo de seguir adelante y si bien me ha sido de suma ayuda en incontables ocasiones, puede ser que haya cosas que simplemente no sean tan trascendentales, situaciones en las que por seguir un impulso mi personalidad y mis convicciones no se van a ver afectadas.

Quizás se trate de un aprendizaje más. Si no me gustan los condicionales, ¿por qué debería permitirles existir? A lo mejor, tan solo bajo ciertas circunstancias, tengo que permitirme hacer lo que me da la gana y ponerme a mi primero, para variar. A lo sumo puede ser que más adelante me arrepienta de no haber ido a la clase teórica que se está dando ahora mismo (aunque lo dudo, ya que tengo un módulo que dice exactamente lo mismo y puedo leerlo en casa) y se me complique un poco a la hora de estudiar. Como sea, será algo que enfrentaré en su momento. Lo cierto es que, en este mismo instante, no estoy demasiado preocupado porque, incluso si no me dura más de unas horas, hice algo que no suelo hacer, atendí a mis faltas de ganas y me siento bien. Curioso, ¿verdad?

Ya lo sé. La mayoría de mis recuerdos son mucho más complejos que el no tener ganas de ir a la facultad por un día y no puedo simplemente dar la vuelta y volver para hacer las cosas diferentes, pero sí puedo, de ahora en adelante, olvidarme de vez en cuando de lo que otros quizás esperen de mi, ser un poco más espontáneo, probablemente divertirme más y, en el camino, sorprender a los demás y, lo que me resulta particularmente atractivo, sorprenderme incluso a mí mismo. Podría pensar que perdí una clase, pero dejo de lado esa pérdida para rescatar que, aunque fueran solo unos minutos, pude disfrutar de andar en bici con una linda lluvia y sonreír. Aunque fueran solo unos minutos, me sentí libre.

domingo, 27 de mayo de 2012

MMM ROSQUILLAS. Por Agustina Márquez

  Quiero una rosquilla. Me voy a trabajar pero primero quiero una rosquilla. Iré a Krusty!! No tienen más rosquillas? Nooo! Marge dónde estás?! Ella no me entiende, me dice que soy feliz porque la tengo a ella y a nuestros dos hijos Bart y Lisa. Ah y la bebé. Ay si como no! Soy un hombre feliz y vivo en el castillo de la felicidad, rodeado de mucha gente feliz!
 Me fui a la planta a trabajar y cuando me desperté de mi siesta diaria, fui a buscar una rosquilla y no había.
 De repende sentí que se me dificultaba respirar, los pulmones de me achicharraban y el sudor corría por mis manos. De mi boca solo se desprendieron las palabras "sálvame Jesús!!!"
 En ese instante apareció el mismísimo diablo en persona y lo más terrorífico fue que tenía el aspecto de Flanders; mis sospechas se confirmaron cuando dijo "hola Homero! soy el diablijirijillo, buscas una rosquilla?"
 Solo me pidió mi alma a cambio de todas esas sabrosas rosquillas, mmm. Le dije que sí y se fue, dejándome lo acordado.
 Luego de unos días volvió a mi casa y frente a mi familia quiso llevarse mi alma al infierno. Por suerte Marge pudo demostrarle al diablo que ella es la dueña de mi alma gracias a una foto con mis palabras atrás regalándosela.
 Así, el diablo se fue pero convirtió mi cabeza en una rosquilla. MMM rico soy.

viernes, 25 de mayo de 2012

Lucas y los relatos de "Un tal Lucas". Por Aixa

    ¡Cansado, harto, podrido, sofocado, estresado! ¿Qué más? ¡Molesto! Odio los cuentos que me escribe: "Lucas esto", "Lucas lo otro". En poco tiempo va a existir "Lucas y su defecación". Todo el día escuchando cosas sobre mí, se meten hasta en mis ojos, sobretodo el loquito este de Cortázar. Este hombre no tiene otra cosa que hacer que escribir sobre mí. Dudo que sea porque está enamorado. Estoy pensando muy seriamente en escribir todo aquello que sepa sobre él, quiero molestarlo tanto como él lo hizo conmigo.
     Lucas toma la iniciativa y comienza a escribir. Es tan fuerte su odio que en poco tiempo Cortázar quiere sacarse la cabeza: "Cortázar y su nacimiento accidental", "Cortázar y la docencia", "Cortázar y su infidelidad", "Cortázar en el baño", "Cortázar cantando en la ducha", "Cortázar y su grano en la nariz". Pronto llega a la boca de muchas editoriales y sus libros salen a la venta. Cortázar muy enojado pretende encontrarlo y matarlo, pero cuando sale a la calle ve cómo todo el mundo ama a Lucas y su imaginación no lo ayuda para su venganza. El pueblo pide a gritos el nuevo libro "Lucas vs. Cortázar" y la editorial Alfaguara se lanza a la guerra.

miércoles, 23 de mayo de 2012

El secreto de Saria. Por Nadia Acevedo y Agustina Armanelli


Cuentan que cierta vez en el Olimpo, Isadora, tierna y cuidadosa, junto a su esposo Sión, el guardian de la llave del Olimpo, tuvieron una hija, Azul, la más hermosa de todo el mundo de los humanos. Mientras esta crecía, no tenía idea de que sus padres eran dioses.

Ella
creció junto a sus amigas, las ninfas, María Rocío, María Nadia y María Agustina, cuyos poderes consistían en encantar y dejar atontados a las personas. Su belleza era sin igual, pero no superaban la belleza de Azul.

Ella
no vivó una vida común y corriente, porque todos se sorprendían por ser tan bella. Sus amigas la protegían de una diosa llamada Minerva, la esposa de Hades. Esta quería secuestrarla para robarle su don, ya que tenía el control de la telepatía, al cual lo usaba para ayudar a las personas. Le pasaban cosas muy raras, como, por ejemplo, que escuchaba algo en su cabeza que nadie podía escuchar.

Al
cumplir los 16 años, sus padres adoptivos le revelaron el secreto de que era una diosa y por eso le pasaban cosas que no comprendía, también le revelaron que su verdadero nombre era Saria, la de belleza inigualable.

Saria
se escapó de sus padres adoptivos para ir con sus padres biológicos. Cuando llegó al Olimpo, sus padres la reconocieron, pero aunque estaban  muy contentos le pidieron  que volviera a la tierra porque correría peligro. Minerva se enteró del encuentro y viajó a la tierra a esperarla. Cuando Saria regresó, la raptó y las ninfas al enterarse fueron a avisarle a sus padres biológicos. Ellos bajaron a buscarla con todos sus hermanos y se produjo una pelea de dioses por Saria. Las ninfas María Nadia y María Agustina fueron a hipnotizar a la mascota de Minerva, mientras, María Rocío y algunos de los hermanos de Saria fueron a hipnotizar al algunos del ejército de la esposa de Hades, para que actuaran en contra de ella. Los padres de la hermosa diosa ganaron la batalla, pero ella obtuvo un hechizo de Minerva para toda la vida, que fue convertirse en la primera bella mariposa que habitó en la tierra.