martes, 16 de octubre de 2012

Subterráneo. Por Antonella Callejón Di Lena


Mis abuelos comentan que antes el mundo era maravilloso. Me contaban sus anécdotas de la infancia, solían ir al parque a jugar en las hamacas, en la calesita, andar en bicicleta, llenaban las piletas de agua y se pasaban toda la tarde hasta que atardecía. Hasta el aire que respiraban cada día era puro.
Ellos decían que existía algo que cubría la Tierra, como una especie de capa, llamada cielo, era de color azul e infinito, repleto de nubes que, según mis abuelos, parecían de algodón y, si utilizabas un poco la imaginación, podías encontrarles formas. En verdad, yo nunca conocí “ese cielo” del que ellos hablan, sólo he oído rumores acerca de que cuando alguien muere conoce ese lugar.
Ya han pasado varios años desde que vivo acá, en un lugar oscuro y frío, con mis papás, hermanos y abuelos, sin ver la luz del sol. Vivimos bajo tierra, debido a la catástrofe que sufrió el mundo antes que yo naciera, dejando a millones de personas muertas y otras, las sobrevivientes, obligadas a vivir bajo tierra, porque era imposible la vida en el exterior. No conozco a nadie que haya querido ir allá, a nadie que se atreva a estar en lo desconocido, no se sabe absolutamente nada de lo que transcurre en la superficie.
El agua, una de las fuentes de energía más importantes para la vida, según mis abuelos -pero sin saberlo realmente- pensaban que era inagotable, hasta que las consecuencias comenzaron a sumarse a lo largo del tiempo.
Cuando ellos eran jóvenes, se desató una guerra por el agua a nivel mundial, durante esa etapa, murieron miles de millones de personas a causa de su privatización y su escasez. Los países con mayor poder, controlaban este negocio sucio. La falta de agua generó un gran desorden social, ocasionando muertes en demasía por deshidratación. Muchas enfermedades reaparecieron y otras nuevas se formaron. La atmosfera se hacía irrespirable a causa de los gases tóxicos presentes en ellas. Los campos ya eran desiertos casi, los vientos, secos. Se desencadenó una migración de pestes que devastó lo poco que quedaba por cosechar.
La escasez de agua generó que amigos, vecinos, familias se mataran entre ellos para poder conseguirla.  Ninguna organización política ni gobierno hacían nada para parar todo esto que sucedía. Se creyó que era el fin de la humanidad, solo unos pocos podían sobrevivir ante estas catástrofes y no había variedad de opciones para sobrevivir. La adaptación era la única salida.
Mis abuelos y la gente de su generación me cuenta sobre sus historias de esa etapa, sin embargo yo me pregunto: “si algo es tan preciado, codiciado e indispensable para la vida, ¿Por qué se malgasta, se derrocha, se privatiza su consumo?”. Puede ser que haya miles de preguntas parecidas y respuestas que lo aludan pero ninguna, creo yo, que se haya preguntado antes ni que se haya tenido en cuenta… ¿por qué no se pensó antes?, ¿acaso no se tenía en cuenta lo que padecerían las generaciones futuras si se derrochara como se derrochó?. Lo que no importaba en el pasado repercute en el presente, haciendo que miles de chicos de mi edad no sobrevivan y posiblemente la raza humana se extinga. Las esperanzas de vida son muy bajas, un período de vida de aproximadamente entre 30 y 40 años. ¿Qué expectativas podemos llegar a tener?. Lo que no se tuvo en cuenta, lo sufro yo y muchas personas más, que quieren vivir, no importa cómo sea, luchando contra enfermedades incurables, padeciendo día dia el no tener qué comer, o viendo a alguien morir lentamente.
Ahora solo nos alimentamos de comida deshidratada, y nos higienizamos con toallitas húmedas. Las mujeres y los hombres tienen el mismo corte, nos rapan, para poder higienizarnos mejor.
Mi aspecto parece de un adulto de cincuenta, aunque en realidad tengo diecisiete. Mi piel sufre la falta de vitaminas y colágeno, lo que provoca las arrugas, la piel pierde elasticidad y nos da una apariencia de ancianos jóvenes. A mis diecisiete sufro de problemas renales, y posiblemente cáncer de piel. Mi historia sonará triste, pero real. Espero poder seguir contándola…

El caso de Enrique Riguera. Por Nadia Acevedo y Agustina Armanelli

Patrullas, sirenas, la policía cientifíca. Todos están aquí por culpa del asesinato del Doctor Enrique Riguera. Se encontró que estaba ahorcado con una media blanca. ¿De quién podría ser? Una persona vestida de negro, con aspecto de ladrón, entró en la casa buscando esa media. Pero era demasiado tarde... la media ni el cuerpo estaban allí. Sospechaban de la inocente María, la mujer de Enrique, pero... ¿Pudo una mujer con el corazón roto ser capaz de asesinar al hombre que amaba? Si lo creen tengan ojo, el detective Ernesto Alonso, no.
También, sospechaban de su cuñado Rubén, porque se encontraba muy enojado por el tema de la amante; su vecino José, por la fuerte discusión que tuvieron esa mañana y su hermano Leandro, por envidia. Pero ¿quién lo hizó? Será por sus razones que Rubén se encontraba algo satisfecho por lo ocurrido o pudo ser su vecino que fingía preocupación. Quizás su hermano, ya que todas las prubas apuntaban a él.
El detective Alonso no iba a parar hasta descubrir quién fue el autor del asesinato. Pidió una autopsia del cuerpo y descubrieron que había un pelo que no le pertenecía al Doctor ni a los sospechosos. ¿De quién podría ser? Realizaron estudios y descubrieron que le pertenecía a Julio Santillán, su mejor amigo. Él tardó en admitirlo pero contó que fue él. ¿Cuáles eran sus razones? Debido a un ajuste de cuentas.
¿Qué pasó con Julio Santillan? Lo condenaron a perpetua por homicidio ¿Y con el detective? Continúa resolviendo casos.

Un día muy especial para Cindy. Por Julián Fontana

Era un día muy especial para Cindy: se preparaba para el casamiento de su hermana Yamila y de su Cuñado Alexander. Se estaba preparando Yamila, cuando Cindy vio que tenía unas joyas muy lindas y valiosas que ella quería para sí.
Llegó la noche, las mujeres llegaban con vestidos muy valiosos y los hombres con trajes de un alto valor económico. Mientras, esperaban a los novios, todo iba bien, hasta que llegó la hora de cortar el pastel y entonces hubo un apagón de unos cinco minutos, que valieron para que pudieran matar a Camila y robaran sus joyas. Llegó la policía y tomaron como sospechoso a su hermana Cindy, su prima Ester y su otra hermana Micaela.
Después de la noche trágica designaron como ayudante del detective a su madre Isabel.
La principal sospechosa era su hermana Micaela, según su madre, por el hecho que era muy envidiosa.
Llego una carta del dueño del salón de fiestas que decía que él sabía quien había matado a la novia, pero quería una gran recompensa. Se encontraron en un café, le pagó la recompensa y este le dijo quién había matado a Camila, había sido… su prima Ester.
Finalmente, confesó que la había matado por el hecho de que se quería poner de novia con Alexander y matarlo para después quedarse con su herencia.

lunes, 8 de octubre de 2012

La transformación de las pirañas y los humanos. Por Florencia Francesh

Científicos rusos experimentaron con pirañas para tratar de conseguir una cura para la diabetes, inyectándole un ácido a estos peces. El experimento salió exitoso, así  los científicos decidieron vender la cura para aquellas personas que sufren esta enfermedad.
Miles de personas se inyectaron este producto, en países como Japón, China y la India.
Unos meses después, los científicos notaron extraños cambios en las pirañas: estos peces disminuyeron su tamaño, pasaron de medir 25 y 60 centímetros de largo a medir 20 y 40 centímetros,  le salieron puntos rojos en la piel y subieron de peso.
Así, esto se dio también en los humanos. Primero en cuidades de India, donde fueron afectadas mayormente las mujeres, después en China y por ultimo en Japón.
Los científicos quedaron asombrados, ya que no usaron mucho ácido. Si bien la cura funcionó, dejo terribles efectos secundarios. '"La gente quedó aterrada y no  puede ni caminar, esto es una verdadera epidemia. Esto es una locura, no es real, todavía no lo puedo creer", dijo uno de los científicos que experimentó con este ácido.
En Rusia, la gente está asustada y no entiende nada, aunque ellos no son los afectados, también se preocuparon por las otras ciudades. Ahora, lo que queda es que los científicos investiguen una nueva cura para esta tragedia ya que puede ser contagiosa.

viernes, 5 de octubre de 2012

El misterioso caso de la novia. Por Daiana Luchetti

Un 24 de septiembre, durante el casamiento de la sobrina de Ester, se produjo un problema: se apagaron las luces por un error de los empleados. En ese corte de luz, hubo un robo, ya que había desaparecido el anillo de la novia, la sobrina de Ester.
El detective Jakson comenzó a investigar a todas las personas que habían participado del casamiento y sobre lo que había sucedido. Se sospechaba de la señorita Rubibarbó y su hermano, el Doctor Commosi, pero él siguió buscando pistas para poder llegar hacia el ladrón. El principal dato que tenía era que el anillo estaba sobre una de las mesas del salón. 
Investigando, encontraron un cabello rubio enrredado sobre las flores de la mesa, que se sospechaba que fuera de Ester, la tía, pero había personas que no habían sido investigadas. 
Analizando el cabello, tras un ADN, descubrió algo increíble: la persona que había robado el anillo había sido la novia, ya que no quería a su futuro marido y necesitaba dinero, por lo que decidió finjir el robo.
Todos quedaron muy sorprendidos con lo sucedido, especialmente su tía Ester.
 Después de todo, no se casaron, ella no lo volvió a ver jamás y se fue a vivir con su tía Ester.

El misterio del collar de Marta. Por Matías Ferrari

El 25 de septiembre a la noche, en los quince de Micaela, iba todo muy bien hasta que llegó la hora de que ella entrara al salón. Cuando se prendieron las luces para entrar, se produjo un apagón de luz. Su abuela Marta había llevado un regalo, que era un collar de oro. Por suerte, el dueño del salón pudo arreglar la electricidad en diez minutos, así que cuando entró Micaela todos la saludaron, se emocionaron y todo eso, pero cuando iba a darle el regalo, la abuela se dio cuenta que faltaba el collar. Ella no le dijo nada por que no quería arruinarle la noche. Al otro día, la abuela le contó. Hicieron una reunión para ver si alguien lo había visto. Nadie dijo nada, pero sospechaban de los familiares.
Contrataron a un detective: Mr. Matías. L, que empezó a investigar por los primos, hermanos y tíos.
Investigaron a Manuel su primo; Gastón, su otro primo; a Julián, su hermano; a Martina, su hermana de corazón y así a toda la familia. Este detective se dio cuenta que Manuel y Gastón se notaban nerviosos, por lo que el detective los investigó más profundamente.
Al tiempo, Gastón no aguantó más de mentir y dijo toda la verdad: que cuando se apagaron las luces, Manuel aprovechó y sacó el collar de oro. Pero Manuel, a esa altura, ya lo había empeñado en la joyería de Luro y San Juan.
Los padres de Manuel se enojaron y lo hicieron trabajar hasta que juntó suficiente dinero y compró el collar. Luego lo llevó y se lo devolvió a su abuela. Ella se puso contenta pero no mucho, por que seguía enojada. Sin embargo, los padres de Manuel lo perdonaron por que son los padres y lo quieren mucho.